La política del gobierno de tomar en absoluto control todas las áreas de la vida política, económica y social de la nación ha contribuido eficazmente a llevarnos a los venezolanos a la situación actual. Así, el control de la producción y el comercio expropiando empresas que pasan a manos del estado para desaparecer, ó convertirse en empresas poco productivas, ó fantasmas donde florece como la mala hierba la corrupción, ha ido a lo largo de los años acarreando una disminución alarmante de los bienes de consumo, alimentos, insumos y repuestos de todo tipo en todas las áreas - la escasez de medicinas es alarmante.
La nueva solución a esto, más control: control del mercado y control de precios, que resulta en más desabastecimiento, porque no es rentable producirlos ni comercializarlos. Y si el gobierno los subsidia son extraídos como contrabando ya que es más rentable su venta en el exterior. Los pescadores venezolanos prefieren entonces vender sus pescados en las Islas del Caribe cercano que traerlos a Venezuela. Control de las divisas, con lo cual tenemos cuatro tipos de cambio actualmente, solo los más cercanos al gobierno acceden al dólar más económico 6.30 Bs.F. por dólar, pero que con el diferencial cambiario del dólar innombrable hoy a 66 Bs.F. por dólar es preferible revenderlo en el mercado interno, según datos del propio gobierno le dieron el 40% de los dólares baratos (alrededor de veinte mil millones de dólares) a empresas fantasmas ó de “maletín”.
Solución que plantean: más control. Al desabastecimiento se le empieza a aplicar control del consumo, racionamiento, y las famosas tarjetas de racionamiento que ya empiezan a aparecer. Resultado: inflación de más del cincuenta por ciento en los últimos años. Al caos eléctrico control del consumo y así... A las grietas del control más control. Resultado estallido social. Al estallido social liderado esta vez por los estudiantes universitarios, con división de la oposición entre los que apoyan las protestas más violentas y los que prefieren esperar las elecciones del 2015, muestra las diferencias de una Venezuela plural que no se puede dividir entre oposición y gobierno. A la explosión social, el gobierno responde con mas control, represión en su más claro nivel, guardias nacionales, policías, milicianos, civiles armados y con el control del todos los poderes políticos encarcelando de manera súper rápida a estudiantes y políticos que los oponen. A más control aparece más imposibilidad del control. Más el Amo ejerce su poder de control, más lo real aparece por donde menos se lo espera. Hasta un Ministerio de la Felicidad ha creado este gobierno para indicar y reglamentar la felicidad. La historia de Francia nos mostró qué sucedió cuando la felicidad se convirtió en “una cuestión de política”.
Por ahora... en la Sede de la NEL en Maracaibo continuamos trabajando en el marco de la situación actual. Ante un Gobierno que pretende imponer un pensamiento único y considera apátridas y no reconoce ni respeta a ninguno de los que no piensan como él, el dialogo no ha sido posible.
¿El llamado al padre para un dialogo, al Vaticano, a UNASUR, a la Unión Europea, será posible entre partes que no se reconocen? ó ¿quizás tengamos que esperar un evento imprevisto?